“Nabucco exige en el abrumador personaje de Abigaille? Toda ella envidia, maldad, celos y traición? una soprano de armas tomar que no se encoja ante una partitura inclemente que la obliga trabajar demasiado a menudo en los extremos del registro. La soprano ucrania Maria Guleghina, que ya cantó ese papel en el Nabucco liceísta de 2006, resultó, una vez más, una Abigaille ideal, poderosa, imponente.”

El Pais